Un sorprendente Salvador Dalí, interpretado por Ben Kingsley en el film “Dalíland”, de la directora Mary Harron, muestra el vínculo con su mujer, Gala, entre amor, arte, obsesión, violencia emotiva, dependencia, miedo y la continua falta de dinero.
Gala “es mi oxígeno, con su sangre he creado mi arte”, es una de las frases con que el Dalí de Kingsley retrata esa relación simbiótica.
La película, presentada en el Festival Internacional de Cine de Toronto, luego en el Festival de Cine de Turín y ahora en los cines italianos a partir del 25 de mayo, es distribuida por Plaion Pictures.
Es un viaje al mundo colorido, salvaje, loco y, a menudo, opresivo de uno de los primeros verdaderos artistas de los medios de comunicación de la década de 1900, Salvador Dalí, contado aquí en su período de mayor éxito y el comienzo de su decadencia, entre mediados de los años 70, en Nueva York y principios de los 80 en Cadaqués, en España.
En el elenco, además de Barbara Sokowa como Gala, están Christopher Briney, Ezra Miller como el joven Dalí, Rupert Graves y la actriz transgénero Andreja Pejic como una de las principales musas del artista, Amanda Lear.
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