Durante meses, cientos de miles de israelíes han salido a las calles de todo el país para protestar contra los cambios de gran alcance en el sistema jurídico que, según algunos, amenazan los fundamentos democráticos del país.
Las tensiones aumentaron aún más este fin de semana cuando el primer ministro Benjamin Netanyahu despidió abruptamente al ministro de Defensa, Yoav Gallant, por su oposición a la reforma prevista, lo que desató protestas callejeras masivas y huelgas generalizadas.
La reforma judicial consiste en un paquete de proyectos de ley que deben superar tres votaciones en La Knéset, que es el órgano unicameral que ostenta el poder legislativo del Estado de Israel, antes de convertirse en ley.
Uno de los elementos más importantes para el gobierno de Netanyahu es el proyecto de ley que cambia la composición del comité de nueve miembros que selecciona a los jueces, con el fin de dar al gobierno la mayoría de los escaños en el comité.
Netanyahu y sus partidarios sostienen que el Tribunal Supremo se ha convertido en un grupo cerrado y elitista que no representa al pueblo israelí. Sostienen que el Tribunal Supremo se ha extralimitado en sus funciones, entrometiéndose en asuntos sobre los que no debería pronunciarse. En defensa de sus planes, el primer ministro ha señalado a países como Estados Unidos, donde los políticos controlan qué jueces federales son designados.
Aunque hay varios proyectos de ley que podrían afectar a Netanyahu, el relativo a cómo declarar a un primer ministro “incapaz para el cargo” es el que tiene mayores implicaciones para el primer ministro israelí.
En medio de la crisis, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo este lunes que retrasaría la segunda y tercera votación sobre la legislación de reforma judicial hasta después del receso de Pascua de la Knéset en abril “para dar tiempo a un debate real”. Sin embargo, insistió en que la reforma era necesaria y reiteró las críticas por negarse a entrenar o servir en el ejército en protesta por los cambios planeados.
Debido a esto, el líder sindical israelí pone fin a la huelga general. Pero advirtió: “Si el primer ministro vuelve a adoptar una legislación agresiva, nos encontrará enfrentados. La legislación sin consentimiento será resuelta con una huelga general”.
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