La apertura de la 95ª edición de los Premios de la Academia el domingo será un momento que capturará la atención, prometen los productores de la ceremonia televisada.
No han dicho qué es exactamente: ¿Un montaje? ¿Un sketch inspirado en Billy Crystal en el que Jimmy Kimmel finge estar en todas las nominadas a mejor película? ¿Una actuación secreta? ¿Tom Cruise aterrizando un jet sobre el Teatro Dolby? Sin embargo, no incluirá a Lady Gaga, pues la nominada a mejor canción original se encuentra actualmente en medio de la producción de la secuela de “Joker”.
Glenn Weiss y Ricky Kirshner, los productores ejecutivos de este año, están seguros de que atraerá al público y los mantendrá interesados mientras dure.
Tanto Weiss como Kirshner son veteranos de la televisión en vivo. Han producido los Grammy, Tony, Emmy, el Super Bowl e incluso una inauguración presidencial. Pero los Oscar son los primeros para Kirshner.
“Sólo hay pocas premiaciones que nos quedan pendientes”, dijo Kirshner. “Necesitaba cumplir con el EGOT de las ceremonias”, agregó en referencia a las iniciales de estas importantes galas.
A pesar de eso, es un trabajo que no es apto para todos. Uno se podría preguntar por qué Weiss, quien era el director de la ceremonia cuando ocurrió el escándalo de los sobres equivocados, conocido como Sobregate, y La Bofetada del año pasado querría regresar.
“Creo que parte de lo que asusta a mucha gente de lo que yo amo de la televisión en vivo es tener que pensar sobre la marcha y seguir avanzando y cambiar a pesar de lo que dice el guion”, dijo Weiss. “Muchos directores se van por lo que dice el guion. Creo que mi energía viene de dejar ese guion y seguir adelante. Y fuera de cualquier incidente particular, realmente me encanta la emoción de la televisión en vivo”.
Su objetivo en esta edición es celebrar un gran año en el cine. Y no está de más que tengan a la mano varios éxitos de taquilla que han recaudado miles de millones de dólares con “Top Gun: Maverick” y “Avatar: The Way of Water” (“Avatar: La forma del agua”), ambas nominadas a la mejor película. Y aunque su participación se decidió mucho antes de lo habitual, siempre termina siendo una carrera hacia la meta: solo se puede hacer una planificación limitada antes de saber quiénes son los nominados.
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