Eran 3 años y 4 meses sin una sola derrota de Argentina. 25 victorias y 11 empates. Había ganado 8 de sus últimos 9 encuentros, los 5 más recientes sin un solo gol en contra.
La “albiceleste” de Lionel Scaloni pasó del sueño a la pesadilla en un estadio de Lusail colmado por unos 80 mil aficionados en un partido en el que se había puesto en ventaja a los 10′ con un penal convertido por Messi a los 10′ tras una falta sobre Leandro Paredes que el árbitro esloveno Slavko Vincic sancionó tras revisar la jugada en el VAR.
Sin sobrarle mucho, Argentina parecía encaminarse a una cómoda victoria aprovechando el adelantamiento de la última línea del equipo entrenado por el francés Hervé Renard, que ofreció en ese primer tiempo muchas ventajas como para que el rival ampliara su cosecha.
Pero como una tormenta en el desierto, Arabia Saudita tuvo una ráfaga de lucidez en el arranque del complemento y dio vuelta el marcador con goles de Saleh Al-Shehri a los 48′ y de Salem Al-Dawsari, autor de un verdadero golazo a los 53′ para sorpresa de propios y extraños.
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