La migración irregular a través de la espesa selva de Darién, frontera entre Panamá y Colombia, a trascendido y pareciera no tener una pronta solución. En tan solo seis meses del 2023 se superó la cantidad total del año pasado, más de 250 mil migrantes irregulares, lo que implica un mayor problema para el estado panameño.
Salud, alimentación, lugar para descansar y seguridad, son algunos de los temas en los que el país ha tenido que destinar mayor recurso. No obstante, Panamá pareciera haberse quedado sola en la lucha para garantizar una migración segura y controlada, al tiempo que los organismos internacionales presionan al estado panameño.
De acuerdo con la directora general de migración, Samira Gozaine, Colombia no aporta en la lucha para combatir este flagelo, muy por el contrario perpetúa la crisis.
“Lamentablemente con Colombia no hemos podido llegara ningún entendimiento. Siguen enviándonos, indiscriminadamente, no solo personal de flujo de otro países, sino que también ciudadanos colombianos y que hemos estado deportando”, acotó Gozaine.
La situación se agrava más cuando, los colombianos que cruzan el tapón de Darién, la mayoría cuenta con “antecedentes criminales”.
“No hemos logrado que entiendan (los colombianos), que necesitamos controlar el flujo de manera diaria”, recalcó la directora de migración.
Es que, precisamente, el flujo indiscriminado de migrante empieza a causar problemas en la otra frontera de Panamá, Paso Canoas, área limítrofe con Costa Rica. Las razones son las mismas que en Darién; basura, malos olores, inseguridad y el supuesto mal comportamiento de los migrantes, han sido detonante para que empresarios costarricenses hayan anunciado una huelga a partir este lunes.
“habemos quienes aún defendemos la soberanía de nuestro país, pero aquí ya mandan los extranjeros y extranjeros de mal vivir”, aseguró un empresario costarricense molesto por la situación que vive con los migrantes.
frente a esta situación, a las autoridades panameñas solo le queda pedir comprensión, al tiempo que piden a los organismos internacionales, instruir a las autoridades costarricenses para que sepan cómo manejar la situación y a los migrantes para que mejoren su comportamiento.
“Entendemos la situación que se presenta (en Costa Rica), pero la única cosa que Panamá puede hacer es continuar, manejar el flujo de esa manera y permitirles que pasen en su camino hacia el norte”. aseguró Samira Gozaine.
El nulo apoyo de los países vecinos de Panamá, arrastra al país a una crisis migratoria que continúa agravándose, registrando más de 2 mil personas por día, que ingresan a suelo patrio, de manera irregular.
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