Después de un ataque el día de Año Nuevo en el corazón del Barrio Francés, las autoridades de Nueva Orleans dicen que confían en los planes de seguridad que tienen en marcha para el Super Bowl.
Se espera que más de 125.000 visitantes se reúnan en la Gran Manzana a partir del 5 de febrero para fiestas, conciertos y juergas con artistas como Post Malone y Diplo, y que culminarán con el choque del 9 de febrero entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles en el estadio Caesars Superdome para coronar al campeón de la NFL de esta temporada.
Después del ataque con un camión a primera hora del 1 de enero que mató a 14 personas e hirió a docenas más en Bourbon Street, una de las vías más famosas de la ciudad, las supuestas fallas de seguridad desencadenaron múltiples demandas e investigaciones. Pero la ciudad, la NFL y las autoridades policiales insisten en que después de más de un año de preparativos están listos para ser los anfitriones.
“Vamos a ir más allá de lo que hemos visto en el pasado cuando hemos sido anfitriones anteriores”, dijo la alcaldesa LaToya Cantrell en una conferencia de prensa. “Sabemos que estamos más seguros que nunca”.
¿Cómo será la presencia de seguridad?
Miles de agentes de la ley estatales, federales y locales estarán en el terreno durante el Super Bowl, dijo la directora de seguridad de la NFL, Cathy Lanier. Pero ella y los funcionarios de la ciudad se mantuvieron herméticos sobre los detalles.
Los drones estarán prohibidos alrededor del Superdome y el centro de Nueva Orleans durante la semana del juego y habrá restricciones de vuelo hasta 18.000 pies (5.486 metros), según la Administración Federal de Aviación.
Alguaciles aéreos federales armados estarán estacionados alrededor de los centros de transporte de la ciudad para escanear personas o actividades sospechosas y protegerse contra los drones, dijo Noel Curtin, alguacil aéreo supervisor a cargo de la Administración de Seguridad del Transporte.
Los eventos del Super Bowl se extenderán por barrios mucho más allá del estadio, dijo el agente especial a cargo de Investigaciones de Seguridad Nacional de Nueva Orleans, Eric DeLaune, quien lidera la coordinación federal de la seguridad del Super Bowl.
Las agencias federales, desde el FBI hasta el Servicio Secreto, están llevando francotiradores desde los tejados y vehículos blindados SWAT BearCat alrededor del estadio y por todo el histórico Barrio Francés y el centro de la ciudad, dijo DeLaune.
Nadie podrá ingresar al área acordonada que rodea al Superdome sin credenciales, y la ciudad ya ha comenzado a cerrar y limitar el tráfico en las carreteras cercanas al estadio, donde el perímetro incluirá barreras antiexplosiones que requerirán que los camiones pasen por máquinas de rayos X gigantes que se usan típicamente en los cruces fronterizos, dijo DeLaune.
Decenas de técnicos y más de 100 perros detectores de bombas están participando en un esfuerzo de varios días para registrar los 37.161 metros cuadrados del Superdome y cada uno de sus más de 70.000 asientos antes del día del partido, dijo DeLaune.
“Van a recorrer todo el edificio para asegurarse de que esté despejado y sea seguro. Abrirán todas las puertas, revisarán debajo de cada asiento”, dijo DeLaune.
Gran parte de la infraestructura de seguridad se trasladará a la temporada del Mardi Gras, que ha sido mejorada a la clasificación de riesgo más alta de Seguridad Nacional para recibir más personal y recursos.
Con la gran cantidad de agentes de la ley en cada esquina y las medidas de seguridad implementadas, “Nueva Orleans será el lugar más seguro del país”, dijo Phillip Constantin, asesor de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad de Estados Unidos.
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